Es una festividad en el que el cristianismo se debe alegrar con la llegada de un redentor que librará al mundo del pecado y de la muerte. Y la mejor manera de celebrarlo es con la familia toda reunida, haciendo comidas y tomando bebidas extraordinarias, siendo la mejor manera que tienen los hombres de celebrar una gran fiesta.
Apartir de ahí, los comercios aprovechan la ocasión para ofrecer múltiples productos de consumo ya que en estas fiestas se abusan de todo tipo de comidas y bebidas.
También se introduce como costumbre intercambiar regalos de unas personas a otras, ya que en muchas ocasiones son las únicas festividades en las que se ven los familiares.
Productos que no son propios de la Navidad como langostino, gambas, marisco en general, se ofrecen al consumo dando lujo y categoría.
De esta forma la gente en estas fechas compra en esceso; y lo que en principio era unos pequeños dulces o detalles ahora son infinidad de productos.
La gente se deja llevar por las compras abusivas de todo tipo de productos favoreciendo la paga extraordinaria que todo el mundo recibe por esas fechas. Y muchos comercios tienen una venta mayor que la que pueden conseguir en todo el año.
Lo que era celebrar una fiesta religiosa con una comida especial o fuera de lo normal acompañada de unos dulces, se ha convertido en un consumo abusivo de todo tipo de productos que al comercio e industria le beneficia estrepitosamente.